martes, 29 de enero de 2013

Lo grandioso de Santo Tomás de Aquino.




“¿Qué es, por tanto, lo grandioso de Tomás que le ha constituido en ‛Doctor Communis’ de la Cristiandad? Probablemente no es la ‛originalidad’ de su pensamiento; Agustín es mucho más original. Perfección y originalidad parecen, en cierto sentido, excluirse mutuamente; lo clásico no es propiamente original (...) Su grandeza y también su actualidad consiste precisamente en que no se le puede añadir un ‛ismo’, es decir, que no puede haber un ‛tomismo’. Y no puede haberlo porque la grandiosa afirmación que presenta la obra de Santo Tomás es demasiado rica para ello; su originalidad estriba precisamente en que no quiere ser nada ‛original’; Tomás se resiste a elegir algo; emprende el terrible intento de ‛elegir todo’; quiere ser fiel tanto a la profunda visión de San Agustín como a la de Aristóteles, a la profunda intención de la razón humana como a la de la fe divina (...) Joven reposado y por completo abierto, recibe con una tremenda disposición de alma y mente todas las fuerzas que van a determinar no sólo su propio tiempo, sino precisamente el futuro de todo el Occidente (...)”.
Josef Pieper, “Introducción a Tomás de Aquino”, pp.227-230.